Querida compañera, querido compañero:

Es un inmenso honor dirigirme a ti por primera vez como Coordinador Federal de Izquierda Unida.

Quiero mostrar el agradecimiento por el proceso asambleario acabado ayer: hemos demostrado a la sociedad que esta organización, desde nuestra orgullosa tradición unitaria, está viva y tiene presente, pero sobre todo tiene futuro.

Debate democrático, elaboración colectiva y búsqueda de síntesis. Estas son las tres patas de nuestra forma de hacer política, y el éxito de la XIII Asamblea ha sido posible gracias a ese trabajo común. No lo olvidemos.

Hemos sido más de 8.400 personas las que hemos participado en las votaciones, cientos de militantes desplegando mesas electorales en pueblos y ciudades, más de 500 asambleas reunidas para debatir documentos y enmiendas.

Creo humildemente que hemos dado un ejemplo en estos meses de cómo hacer política en nuestro país al servicio de la clase trabajadora. Porque, no lo olvidemos, para eso estamos aquí. Aún estoy emocionado de cómo hemos terminado la Asamblea, de la alegría contagiosa transmitida entre la gente y de la camaradería demostrada. Y también del mejor patrimonio que tenemos para ofrecer a la sociedad: tú y tu compromiso con Izquierda Unida en las duras y en las maduras.

Somos una organización previsible: quienes nos necesitan saben que estamos en su lado en cualquier lucha para ensanchar derechos. Damos seguridad y certidumbre en nuestro trabajo institucional y siempre estamos en los conflictos desde el lado correcto de la Historia: el de la noble aspiración a un mejor vivir de la mayoría social. Pero nunca descansamos. Ayer terminamos un trabajo y hoy empezamos otro muy importante: hasta el 9 de junio debemos centrar nuestros esfuerzos en la campaña de las elecciones europeas y obtener los mejores resultados en SUMAR que garanticen que la voz de Manu Pineda, y con ella la de Izquierda Unida, se siga escuchando en el Parlamento Europeo: la de la justicia, la paz y la solidaridad frente al avance de una extrema derecha que, con su odio y veneno, amenaza lo que representamos: la fraternidad y sororidad de la especie humana.

Vale la pena luchar, te mando un abrazo lleno de esperanza. Y te doy las gracias por estar ahí.

Antonio Maíllo Cañadas
Coordinador Federal de Izquierda Unida

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